¿Cuándo recurrir a un psicólogo?
Terapia Psicológica: Supone una ayuda profesional que parte del conocimiento científico sobre la conducta humana en cualquiera de sus vertientes, ya sea mediante respuestas fisiológicas, pensamientos o comportamientos, y atendiendo a las tres grandes áreas de las que se compone la psicología humana: cognición, emoción y motivación.
Recurrir a una intervención psicológica implica un esfuerzo y un compromiso que resultan necesarios para llevar a cabo los objetivos que se propongan. Estos objetivos se establecen a partir de una evaluación y un diseño de intervención basados en el modelo de la ciencia y en el establecimiento de hipótesis y su contrastación empírica, lo que implica que se adaptarán tanto a la situación de cada persona como a sus factores disposiconales (personalidad). De este modo, se adquieren conocimientos, herramientas y estrategias que facilitan la gestión emocional, la resolución de problemas, las relaciones y la autoestima, entre otros.
Por tanto, si te identificas con alguna de las siguientes situaciones, quizá es momento de reflexionar sobre ello:
- Estados emocionales que nos desbordan y no nos permiten llevar a cabo nuestra vida diaria con normalidad.
- Situaciones de pérdidas irreparables o de sucesos negativos que nos generan mucha tristeza.
- Sentimientos de soledad, baja autoestima o de necesidad del otro.
- Irritabilidad constante o enfados incontrolables que nos dificultan las relaciones con los demás.
- Estados de ansiedad intensos que nos limitan e impiden realizar determinadas tareas o incluso salir de casa.